lunes, 23 de agosto de 2010

Mas chistes de Groucho Marx

Mas chistes de Groucho Marx

Partiendo de la nada alcance las mas altas cimas de la miseria.

Citadme diciendo que me han citado mal.

El matrimonio es una gran institución. Por supuesto, si te gusta vivir en una institución.

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados.

Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente.

Bebo para hacer interesantes a las demás personas.

Solo hay una forma de saber si un hombre es honesto: preguntárselo. Y si responde “sí”, sabes que es un corrupto.

¿Que por qué estaba yo con esa mujer? Porque me recuerda a ti. De hecho, me recuerda a ti más que tú.

¿Servicio de habitaciones? Mándenme una habitación mas grande.

La política no hace extraños compañeros de cama. El matrimonio sí.

El secreto del éxito es la honestidad. Si puedes evitarla, está hecho.

Soy tan viejo que recuerdo a Doris Day antes de que fuera virgen.

Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre, y dentro del perro probablemente esta demasiado oscuro para leer.

No puedo decir que no estoy en desacuerdo contigo.

Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer. Detrás de ella, esta su esposa.

El matrimonio es la principal causa de divorcio.

Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis y, cuando se han curado de la indisposición, se encuentran con que se han casado.

Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no los conozco muy bien.

¿Pagar la cuenta?… ¡Qué costumbre tan absurda!

Nunca voy a ver películas donde el pecho del héroe es mayor que el de la heroína.

Me casé por el juzgado. Debería haber pedido un jurado.

Es usted la mujer más bella que he visto en mi vida… lo cual no dice mucho en mi favor.

Hasta luego cariño… ¡Caramba!, la cuenta de la cena es carísima… ¡Es un escándalo!… ¡Yo que tú no la pagaría!

Señorita… envíe un ramo de rosas rojas y escriba “Te quiero” al dorso de la cuenta.

El verdadero amor sólo se presenta una vez en la vida… y luego ya no hay quien se lo quite de encima.

No piense mal de mí, señorita. Mi interés por usted es puramente sexual.

Está loca por mí. ¡Qué mujer no lo está! Yo sé que va usted a preguntarme cuál es mi secreto… ¡Voto al diablo que sois osado! El secreto es no darles a entender que se las quiere. No ir nunca tras ellas. Que ellas vayan detrás de ti. Hay que avivar el cariño del amor con el abanico de la indiferencia… (Los Hermanos Marx en el Oeste)

Oh! Nunca podré olvidar el día que me casé con aquella mujer… Me tiraron píldoras vitamínicas en vez de arroz.

¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Es usted rica? Conteste primero a la segunda pregunta.

- ¿Por qué y cómo ha llegado usted a tener veinte hijos en su matrimonio? – Amo a mi marido. – A mí también me gusta mucho mi puro, pero de vez en cuando me lo saco de la boca.

M. Dumont: Dime Wolfie, cariño, ¿tendremos una casa maravillosa? Groucho: Por supuesto, ¿no estarás pensando en mudarte, verdad? M. Dumont: No, pero temo que cuando llevemos un tiempo casados, una hermosa joven aparezca en tu vida y te olvides de mí. Groucho: No seas tonta, te escribiré dos veces por semana.

- ¿Me lavaría un par de calcetines? (…) Es mi forma de decirle que la amo, nada más.

Cásate conmigo y nunca más miraré a otro caballo.

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